La Armonía en la Custodia Compartida o Monoparental: Claves para una Semana Santa Equilibrada

La Semana Santa trae consigo el reto de compartir el tiempo de los hijos en un equilibrio justo y afectivo. En Conchi Viera Abogados entendemos que la custodia compartida, o en su caso la custodia monoparental, es más que un acuerdo legal; es un delicado baile de planificación y consenso. Descubre cómo anticiparse a los retos de las vacaciones escolares de sus hijos y asegurar una experiencia enriquecedora para ellos, manteniendo la magia de las tradiciones familiares y el bienestar y felicidad de los hijos, como máxima prioridad.

Cuando llega la Semana Santa, nos enfrentamos a un desafío que va más allá de lo que dictan las sentencias y los convenios reguladores: la gestión del tiempo compartido de nuestros hijos, el desafío de organizar el tiempo de manera que todos, especialmente los hijos, puedan disfrutar de las vacaciones.

Es un período que, aunque breve, puede ser significativo para ellos y que requiere de una coordinación y sensibilidad especial por parte de los padres. Es como un baile delicado, donde la música es el calendario y los pasos son los días y las horas que coordinamos para dicha de los niños.

Las vacaciones de Semana Santa, con custodia compartida o custodia monoparental, requiere de una planificación previa, ya que cada progenitor tendrá derecho a tener el 50% del periodo de vacaciones escolares con sus hijos, y por tanto implica, que ambos padres tienen la misma responsabilidad y derecho a estar con sus hijos.

Esto significa que, en vacaciones como la Semana Santa, el tiempo debe dividirse de manera equitativa. Pero no es solo una cuestión de justicia entre los padres, sino de garantizar la estabilidad emocional de los niños, permitiéndoles disfrutar de las festividades y tradiciones de cada lado de su familia.

La clave está en la planificación.

Y para que este delicado equilibrio funcione es necesario la colaboración y flexibilidad de los progenitores, que deben tener en el centro de su interés la felicidad y la salud integral de los niños.

Desde el minuto cero debemos trabajar, para que cuando llegue el periodo vacacional, cumpla nuestras expectativas y la de nuestros hijos. Para ello es imprescindible un planteamiento personalizado e individualizado en el convenio regulador, para el caso de que sea un divorcio o guarda y custodia (para las parejas con hijos que no están casados) de mutuo acuerdo. O en su caso, en el planteamiento de la demanda de divorcio o de guarda y custodia, para que el petitum de la demanda corresponda con lo que realmente quieren los clientes, y no sea estandarizado y generalista, sino personalizado, e individualizado, según las necesidades de cada unidad familiar.

En el Derecho Civil "no se da lo que no se pide".

Y esto es vital, porque en el derecho civil “no se da lo que no se pide”, por eso, desde el minuto uno del proceso debemos preocuparnos por hacer una demanda o un convenio regulador, en su caso, a medida de la unidad familiar.

En Conchi Viera Abogados creemos que es necesario y vital escuchar a los clientes, para llegar a conocerlos a ellos y a sus hijos, y saber lo que realmente quieren y hacer la demanda o convenio regulador a la medida de lo que realmente necesitan. Incluso previendo situaciones futuras, que ni ellos mismos se plantean inicialmente, por eso, no solo ponemos la empatía y la escucha al servicio de nuestros clientes, sino también nuestros conocimientos y experiencia, para así llegar al convenio o demanda más acorde con las necesidades presentes y futuras de los clientes y sus hijos.

Y para que este delicado equilibrio funcione es necesario la colaboración y flexibilidad de los progenitores, que deben tener en el centro de su interés el bienestar de los hijos.

La comunicación es otro pilar fundamental.

Otro pilar fundamental para un periodo vacacional acorde con nuestras expectativas y la de nuestros hijos, cuando estamos divorciados o separados como pareja de hecho, es nuestro comportamiento con el otro progenitor. Es deseable, ser claros y respetuosos con el otro progenitor, y ser flexibles siempre que la dinámica de los padres y los hijos lo permita.

Si las relaciones entre los progenitores son tensas, y no hay comunicación, la respuesta para tener un periodo vacacional correcto y adecuado, es cumplir estrictamente con la sentencia de divorcio o de guarda y custodia, por eso es tan importante que este sea a medida de las necesidades de cada unidad familiar, individualizado y personalizado.

Si los padres no están en el momento vital para hablar y organizar de forma flexible el periodo vacacional, sin que surjan conflictos, lo mejor es aplicar estrictamente la sentencia de divorcio o de guarda y custodia.

Y siempre, de una forma u otra, con la mirada puesta en lo que será mejor para los hijos.

En estos momentos, ser claros y respetuosos al hablar sobre los planes puede marcar la diferencia. Si surgen imprevistos, lo mejor es mantener la calma y buscar soluciones juntos, siempre con la mirada puesta en lo que será mejor para los hijos.

Hablar con tu expareja con antelación puede aliviar muchas tensiones. Acuerden cómo dividirán los días para que los pequeños puedan vivir las tradiciones de Semana Santa con ambos padres. No es una tarea fácil, pero cuando los padres eligen el periodo de vacaciones con equidad, la celebración mantiene su magia para los niños.

Semana Santa y las tradiciones

Aunque en Canarias relacionamos Semana Santa con sol y playa y actividades al aire libre, las vacaciones de Semana Santa suelen estar llenas de tradiciones y es importante que los niños puedan experimentarlas desde la perspectiva de ambos padres. Esto no solo les enriquece culturalmente, sino que también les transmite un mensaje de respeto y unión, a pesar de las circunstancias.

Por encima de todo, lo que se decide y cómo se decide debe tener en cuenta el estado de satisfacción y plenitud de los menores. En Conchi Viera Abogados, comprendemos la complejidad de estos momentos y estamos preparados para guiar y acompañar a las familias en este proceso, buscando siempre salvaguardar el interés del menor.